Todo sobre el control de estabilidad o ESP
Seguro que varias veces habrás escuchado hablar del control de estabilidad, también conocido como ESP. Si quieres saber de qué se trata exactamente, ¡sigue leyendo!
Seguro que varias veces habrás escuchado hablar del control de estabilidad, también conocido como ESP. Si quieres saber de qué se trata exactamente, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el control de estabilidad?
El control de estabilidad o ESP (Electronic Stability Programmel) se trata de un sistema de seguridad con el que cuentan los coches. Su función es actuar sobre las ruedas para que el coche siga la dirección que marca el conductor a través del volante. Esto quiere decir, que es probable que tú no lo hayas notado, pero el ESP ha podido actuar varias veces por tu seguridad.
Su origen se remonta a los años 90, cuando la compañía Bosch creó este sistema de seguridad que fue integrado por primera vez en el Mercedes-Benz A 140. Su efectividad ha sido tan importante a la hora de protegernos en la carretera que, desde 2014, es obligatorio en todos los vehículos que son fabricados cada año dentro de la Unión Europea.
¿Cómo funciona el ESP de un coche?
Como hemos visto, el ESP sirve para mantener un control sobre la estabilidad del vehículo para que el conductor pueda manejarlo correctamente. ¿Cómo consigue esto? A través de una serie de sensores que le dan la información que necesita para saber cómo actuar:
- Sensor de velocidad: registra a cuántos kilómetros por hora está circulando el vehículo.
- Sensor del ángulo de giro del volante: permite conocer el grado de apertura con el que se está tomando la curva para corregirlo.
- Sensor del potenciómetro: registra la información sobre el pedal del acelerador.
- Sensor de fuerzas G: indica la inercia del coche.
- Sensor de velocidad de giro por rueda: controla cómo toma los giros cada rueda del vehículo.
Estos sensores recaban toda la información necesaria sobre la conducción para que la centralita del coche se encargue de corregir las posibles deficiencias o los pequeños errores que pueda haber. De esta manera, el ESP es capaz de controlar de manera electrónica cada componente del coche. Por ejemplo, aunque te parezca increíble, si tomas una curva demasiado rápido, es tu coche quien deja de acelerar para que puedas hacerlo en condiciones de seguridad, aunque tú sigas pisando el acelerador.
Por supuesto, el control de estabilidad es una ayuda a la hora de conducir, pero no puede obrar milagros. Es capaz de reducir en gran medida un número muy elevado de potenciales accidentes, sí. Pero, si a la hora de reducir la velocidad en una curva, por ejemplo, las ruedas están desgastadas, el sistema pierde efectividad. Por eso siempre te recordamos que es muy importante que mantengas una periodicidad en tus revisiones, aunque no vayas a realizar viajes largos.
¿Se puede desconectar el ESP?
Por lo que hemos visto, aparentemente parece que no tendría mucho sentido desconectar un sistema que vela por nuestra seguridad. Pero realmente hay momentos en los que sí debemos hacerlo.
Normalmente se desaconseja mantenerlo activado si se está circulando en condiciones extremas en las que la calzada está cubierta de barro o de nieve. El sistema ESP enviaría órdenes contradictorias a las ruedas, lo que convertiría en algo muy difícil el poder desplazarse para salir de este obstáculo.
Para desactivarlo, los coches cuentan con un botón. Con mantenerlo presionado durante unos segundos en el panel de control aparecerá una luz amarilla. De esta manera, el sistema quiere recordarte que lo actives en cuanto vuelvas a las condiciones de normalidad.
Recuerda que, aunque el sistema ESP es un sistema activo de seguridad, no puedes depositar en él toda la responsabilidad de la conducción. Siempre es importante mantener cada elemento del vehículo en perfecto estado gracias a las revisiones, así como conducir con responsabilidad.