¿Cómo pulir los faros de tu coche?
Muchas veces cuando hablamos de la seguridad en el coche pensamos en los neumáticos, los cinturones, los airbags… Pero olvidamos que todos los elementos del coche pueden influir en mayor o menor medida en la seguridad final de los integrantes del vehículo, y los faros tienen un papel muy importante en dicha seguridad.
Una correcta visibilidad es imprescindible para una conducción segura. Utilizar gafas para conducir, lunas y faros son elementos a los que hay que prestar especial cuidado. Los faros del coche son los responsables de nuestra iluminación, y esto nos permite no solo ver por dónde estamos transitando, sino que otros vehículos puedan detectar mejor nuestra posición exacta y evitar una posible colisión. Por todo esto, es importante cuidar su estado, y parte de esta tarea pasa por pulir los faros del coche.
¿Qué necesitas para pulir los faros del coche?
Existen diferentes maneras de pulir los faros del coche. Puedes acudir a tu taller para esta tarea o hacerlo tú mismo.
En tiendas especializadas podrás encontrar sin problemas kits específicos de restauración de faros con los materiales necesarios y con instrucciones para conseguir el mejor resultado. No obstante, también puedes hacerlo por tu cuenta con los siguientes materiales:
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Agua con jabón
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Cinta de carrocero
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Lijas de grano 400, 1.000 y 2.000
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Taladradora
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Trapo
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Discos de lana
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Pulimiento líquido con siliconas
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Guantes de vinilo
Pasos a seguir para pulir los faros del coche
Paso 1: Limpiar los faros
El primer paso es limpiar la superficie del faro para eliminar toda sustancia que haya podido quedar adherida a él, como aceites, polvo, mosquitos o suciedad en general. Para ello utiliza el trapo mojado en agua y jabón. Mójalo abundantemente y comienza con la limpieza.
Paso 2: Proteger el resto del vehículo
Con la cinta de carrocero, debes enmarcar la zona ocupada por el faro para que el pulido no afecte a la carrocería. Para ello, pega la cinta de carrocero sobre la chapa justo en la parte inmediatamente anterior a la unión de esta con el faro. Este paso es muy importante para que la pintura del vehículo no sufra daños y quede rayada, por lo que, si quieres extremar la precaución, puedes utilizar opcionalmente plásticos para ampliar la seguridad y la zona protegida.
Paso 3: Lijar el faro
Este paso puede dar un poco de miedo, pero no tienes por qué preocuparte. Una vez has limpiado el faro y has protegido la zona colindante, lo que vas a hacer es retirar las zonas del faro que han quedado quemadas al estar en contacto con elementos adheridos a él. Es algo similar a limpiar la vitrocerámica con una espátula: simplemente eliminaremos la parte quemada. Para ello, es importante mojar la lija en agua y realizar movimientos envolventes de manera suave pero constante. Las lijas recomendadas son de grano 400, 1000 o 2000. Tendrás que ver cuál es mejor en tu caso.
Una vez hayas terminado, desliza el dedo sobre la superficie del faro en busca de zonas ásperas. De encontrar alguna, tendrás que volver a lijar sobre ella nuevamente.
Paso 4: Limpieza y secado
Una vez hayas terminado con la lija, utiliza agua para limpiar la superficie y un trapo para secar el faro. De esta manera lo prepararás para el siguiente paso: el pulido.
Paso 5: Pulir
Aquí te recomendamos utilizar los guantes de vinilo para proteger tus manos. Es muy importante utilizar un pulimento que sea especializado, como un pulimento líquido con siliconas. Debes colocar en la taladradora el disco de lana, sobre el que administrarás una cantidad de este pulimento. Puedes hacer un extra y añadir también el líquido sobre el faro para que el efecto sea aún más notable.
En este momento, debes arrancar la taladradora con una velocidad media o baja y comenzar a tratar toda la zona del faro de manera homogénea, sin detenerte sobre una parte en concreto para que el resultado final tenga una mayor calidad.
Poco a poco irás viendo cómo el faro recupera su transparencia. Cuando creas que ya has recorrido toda su superficie y que se ha obtenido el resultado esperado, puedes dar por concluido este paso.
Paso 6: Limpieza final
Una vez hayas terminado el proceso de pulido, solo queda limpiar de nuevo el faro para eliminar los restos que hayan podido quedar. Para ello, bastará con repetir el primer paso.
Consideraciones a la hora de limpiar los faros del coche
A la hora de pulir los faros, es recomendable hacerlo en los dos a la vez, ya que ambos suelen estar expuestos en igualdad de condiciones a los mismos elementos que los ensucian y que distorsionan su alumbrado. De esta manera, de la que vas realizando los pasos en uno de ellos, los puedes ir replicando en el otro.
Además de estos pasos, hay una última opción que es el barnizado. Este barniz se suele incluir en los kits para pulir faros de coche, pero si lo compras por separado asegúrate que sea apto para esta función. Debemos tener en cuenta que, en el proceso de pulir, el barniz protector se deteriora hasta casi desaparecer, y aplicándolo nuevamente estaremos alargando la vida útil de los faros y, por tanto, la seguridad del vehículo.
Por último, este tipo de tareas no se pueden realizar infinitas veces, ya que al pulir estamos desgastando la capa superior del faro. Así que llegará un momento en que la mejor opción sea cambiar el faro directamente.
Algunos vehículos poseen incluso, además de las escobillas limpiaparabrisas, unas escobillas específicas para limpiar los faros. Averigua qué tener en cuenta a la hora de pasar la ITV con las escobillas limpiaparabrisas.
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