El aire acondicionado en el coche
En esta época del año donde las temperaturas son muy altas conducir sobre todo durante el día sin disponer de aire acondicionado en el vehículo es una odisea, y puede ser hasta peligroso, porque el conductor incluso puede llegar a marearse.
Hasta no hace mucho tiempo, finales del siglo pasado, el equipamiento de los vehículos con aire acondicionado era un artículo de lujo y no era raro ver vehículos parados a la sombra de árboles y puentes donde el conductor y los pasajeros intentaban refrescarse y sobrellevar las altas temperaturas.
Hoy en día son muy pocos los coches que no equipan aire acondicionado, o cualquier variante tecnológicamente similar, se llame como se quiera llamar: climatizador manual, climatizador automático, climatizador electrónico, climatizador bizona, trizona, cuatrizona... En esencia nos referimos siempre a una máquina de frío y por lo tanto tiene un consumo de energía del propio motor del vehículo.
El compresor del aire acondicionado se acopla al giro del motor, mediante una correa, y cuando tiene que hacer trabajo, o sea enfriar el interior del habitáculo lo hace gracias a la fuerza del motor del coche, por lo que el vehículo consume más.
Por lo tanto el aire acondicionado aumenta el consumo del motor, en general se considera que el consumo puede subir entre un 5% y un 20% (en el peor de los casos). Esto puede ser en la práctica entre un par de décimas y un litro a los cien, como mucho (normalmente son solo unas décimas).
Como el compresor del aire acondicionado, cuando funciona, sobrecarga un poco al motor del coche, es normal también que se note una ligera disminución de las prestaciones, ya que el motor no gira solamente para hacer girar las ruedas, sino también para hacer girar el compresor del aire acondicionado.
Así que aunque el motor siga teniendo la misma potencia, a las ruedas le puede llegar un poco menos. Se suele considerar que el aire acondicionado quita entre 2 y 15 CV aproximadamente, depende de cada sistema, de cada coche y del esfuerzo que esté haciendo el compresor. Normalmente esto se nota más en los motores pequeños y poco potentes, pero a partir de 110 o 120 CV, se nota poco.
Puesto que el aire acondicionado consume energía y aumenta el consumo de combustible, ¿no sería más interesante no encenderlo y bajar la ventanilla para que corra el aire y se refresque el habitáculo de manera natural? Pues se ha comprobado que depende de la velocidad a la que se mueva el coche.
En general se ha visto que a partir de unos 80 o 90 km/h el efecto de la ventanilla es tanto peor, así que por ciudad se puede ir con las ventanillas bajadas, consumiendo un poco menos que si lo hiciéramos con el aire acondicionado encendido, pero por autopista a 120 km/h es mejor llevarlas cerradas, pues se consume menos utilizando el aire acondicionado.
Por último, un par de buenos consejos cuando regresamos al coche y nos lo encontramos como un horno, primero bajaremos la ventanilla del lado derecho del coche y usaremos la puerta izquierda como abanico, posteriormente hay que abrir y cerrar la puerta varias veces y muy deprisa, luego con más ángulo algunas abanicadas más lentas, así se consigue succionar aire del exterior, más frío que el del habitáculo, y reducir la temperatura del interior del habitáculo mucho más rápidamente.
Un segundo consejo y ya en marcha es bajar un poco las ventanillas durante los primeros minutos (una rendija), a la vez que encendemos el aire acondicionado, para que el aire caliente se vaya por corriente de convección natural (el aire caliente sube, el aire frío baja), y ayudemos a que sea más eficaz el aire frío que impulsa el aire acondicionado, después de unos minutos las cerramos y a conducir frescos.